lunes, 26 de septiembre de 2011

Tamara Adrián Hernández

 Venezolana




Tamara Adrián Hernández (Caracas,Venezuela, 20 de febrero de 1954), es una abogada, doctora en Derecho y profesora de Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Es una reconocida activista por los derechos de las mujeres, por los derechos de las minorías sexuales y las categorías denominadas LGBTT.



Nacida como Tomás Adrián, obtuvo su reasignación de género en 2002.


Hija de una familia de clase media, fue educada de manera convencional. A muy corta edad se dio cuenta que había un desajuste entre su género externo y el interno. Sus padres la llevaron a tratamiento sicológico tratando de orientar a su hijo para que aceptara un género que no era con el que se sentía identificado. Según Tamara, presionada por los estándares sociales se casó y tuvo dos hijos.


Después de muchas luchas logró su reasignación sexual en Tailandia en el año 2002. Regresa a Venezuela y en 2004 pide ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia el reconocimiento de su identidad, pues legalmente es Tomás Adrián y, hasta Noviembre de 2010 no había obtenido respuesta. El Tribunal Supremo de Justicia ni siquiera se ha pronunciado sobre la admisión del expediente. Diversas organizaciones, entre ellas el Foro para los Derechos Humanos y la Democracia, han manifestado su rechazo a la actitud del alto Tribunal, que consideran denegación de justicia en el caso de Tamara.


En 2010 presenta sus credenciales ante la Asamblea Nacional para optar a un cargo de Magistrada de la Sala Constitucional de la Tribunal Supremo de Justicia.


Trabaja con organizaciones LGBT en Venezuela.



Títulos Universitarios


Abogada (UCAB, 1976, summa cum laude); Doctora en Derecho Comercial, Universidad de Paris II (1982, mention très bien); Diplomada Universitario en Derecho Comparado, Institut de Droit Comparé de Paris (1982, mention bien).



Premios y reconocimientos

2009: Orden Luis María Olaso, reconocimiento a Persona Emergente - Cabildo Metropolitano, Caracas, Venezuela.


Texto tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Tamara_Adri%C3%A1n 


sábado, 24 de septiembre de 2011

Alejandra Bogue

 Mexicana



Actriz que inició su carrera dentro del mundo del teatro, gracias al cual ganó un premio en 1993 por la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro (AMCT), sin embargo, su gran empuje llegó gracias a Horacio Villalobos, quien la invitó a participar en el programa Desde Gayola, transmitido por Telehit del 2001 al 2006 y que se convirtió en el programa con mayor rating de todo el canal.
En esta emisión, la Bogue interpretó a varios personajes, pero con dos consiguió la pleitesía y el reconocimiento del público: “Tearruina Fernández” (Parodia de Talina Fernández), y sobre todo, una imitación bastante bien lograda de Laura León, “La Tesorito”, interpretación que rompió barreras y llegó al grado de mimetizarla.


La Bogue abandonó el programa en medio de un escándalo que fue resumido como una “crisis de identidad”. Regresó al teatro y presenta un show llamado No soy Madonna pero soy la Bogue, con el cual logra una actuación que la podría convertir en una nueva “diva del cabaret”, junto a nombres como Regina Orozco y Astrid Haddad.

Texto tomado de:  http://anodis.com/nota/8562.asp


Libertad

Mexicana 


Libertad Palomo inició en la actuación siendo hombre. Llegó a ser considerado galán rompecorazones. Sin embargo, la sorpresa la dio después, cuando de un salto apareció bajo el nombre de Jacqueline Aristegui, alias Libertad, situación que le costó incluso un problema judicial, sin embargo, lo pudo resolver.

Ya como Libertad, actuó en la obra Aventurera, invitada por la actriz y productora Carmen Salinas. Sobre su cambio de sexo, ha declarado para algunos medios: “No estoy arrepentida, todo lo contrario, estoy feliz porque nunca me imaginé disfrutar tanto ser mujer, es lo que quería. Soy más mujer que muchas, y voy a demostrarlo, dignificando el papel del sexo femenino en la sociedad porque yo soy una de ellas”.

Recientemente, Libertad logró reconocimiento gracias a la telenovela de Televisión Azteca Los Sánchez (2004), interpretando el papel de Laisa, con el cual logró que la gente viera talento en ella. Su participación en esta serie marcó un hito, ya que TV Azteca es conocida por su renuencia a la aceptación de la diversidad sexual, cosa que siempre niegan pero nunca llevan a la práctica.







"Me llamaban luz cuando era oscuridad, otros me llamaron Blanca y no lo soy. Caridad nunca lo he sido, esperanza no, yo tengo fe, rosa o margarita no tengo ni su aroma ni sus colores. María significa mar y yo soy tierra, Paloma pudiera ser, Paloma quisiera ser para alcanzar el cielo. ¿Entonces... cómo te puedo llamar?, por mi nombre, mi nombre es Libertad."


Texto tomado de: http://anodis.com/nota/8562.asp





Esdras Parra


Venezolana


Esdras Parra Nació en Santa Cruz de Mora, Estado Mérida de Venezuela en 1939 y falleció en Caracas en el año 2004. Fue una poeta, ensayista, narradora, traductora.

En los años sesenta publicó narrativa: El insurgente (1967), Por el norte el mar de las Antillas (1968), Juego limpio (1968). Fue miembro fundador de la revista Imagen, en la cual trabajó como editora por varios años. 

Mantuvo una constante presencia en el mundo literario a través de publicaciones periódicas y como promotora cultural. Después de haber elegido el género femenino y luego de un largo silencio editorial, gana el Premio de Poesía de la II Bienal Mariano Picón Salas de Mérida (1993) con Este suelo secreto (Monte Avila Editores, 1995). Y publicó dos poemas más: en el 2001, Antigüedad del frío y Aún no en el 2004.

Dejó varios poemas y textos inéditos, al igual que dibujos, actividad a la que se dedicó en sus últimos años.

Texto tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Esdras_Parra




"No le pido a nadie que me comprenda, pero no le permito a nadie que me irrespete".
Esdras Parra

Fue escritora (novelas, cuentos y poesía) y pintora. Además fue directora de la Revista Nacional de Cultura y de la revista Imagen del CONAC (Comisión Nacional para la Cultura, hoy Ministerio de la Cultura).
Su suave presencia reservaba no sólo un carácter recio, sino un escándalo que durante años animó murmuraciones en las peñas de la literatura venezolana. Tuvo el valor de volver a esa provincia melindrosa, tras una larga estadía en Europa y una insólita transformación: cuando fue hombre se le consideró uno de los cuentistas más brillantes de su generación; convertida en mujer sumaría su voz a la gran poesía de Venezuela. Hombre, mujer, o más bien un ángel, como lo llamó un amigo en el momento que partió de este mundo en noviembre pasado

fue lento y difícil el proceso, “en el cual tuvo que correr el riesgo de una cirugía que lo transformó en mujer. Su ausencia duró más de lo que la propia Esdras había previsto, porque tuvo que aprender a impostar la voz en un tono femenino, algo que le llevó mucho tiempo”. Luego resalta que lo más interesante de Esdras fue su vida, sobre todo por la época en que tomó esta decisión tan asombrosa. “Por lo general, los travestis y los transformistas no se juegan por el amor; para ellos, todo es tener una falda, unos tacones, una buena peluca y una gran caja de maquillaje. Esdras, en cambio, nunca fue un hombre afeminado, y más tarde cuando regresó como mujer, no se escondió, ni se fue a una cueva donde nadie la viera para escribir sobre lo que había vivido. No, por el contrario, siempre ha sido una persona muy digna, muy valiente, nunca la he visto comentar absolutamente nada, ella sigue su camino incólume.


Hay serenidad en tu lenguaje bien dispuesto se atiene a su propio rigor
a su destino evocativo en la intimidad natural de la página que abre caminos en la aurora un lugar que se pierde de vista crecido hasta alcanzar el presagio.
Esdras Parra
 Texto tomado de: http://divarios.blogspot.com/2007/02/esdras-parra-perdonajes-en-la-histoia.html

Agnes Torres

Mexicana

Psicóloga y Activista Política. Mis trabajos mas destacados han sido, como conferencista en 2006 dentro del III Encuentro Nacional de Escritoras sobre Disidencia Sexual con la Ponencia "Transexualidad de psiquis femenina, Caso México-España"; en 2007 como participante en la fundación del "Centro de Atención e Incidencia en Derechos Sexuales y Reproductivos A.C.", ese mismo año participe como asitente y ponente en el foro internacional “AIDS IN CULTRUE”. En 2008 como presentadora de Elena Reynaga (Argentina) y Robert Silicano (EUA) en el marco de la "XVII International AIDS Conference".



Fui representante de Humana Nación Trans frente la A.L.D.F. para promover el cabildeo sobre iniciativas de reforma de ley que beneficiaban a personas trasngenéricas y transexuales. Actualmente soy columnista en un portal de internet y una revista sobre política.





Agnes Torres Hernández fue asesinada, se nos fue una gran mujer, una gran persona. Esta es una de las primeras notas del suceso:

Asesinan a activista transexual en Puebla 
Lunes 12 de Marzo de 2012 a las 11:32 a.m.
(El Universal ) La activista transgénero Agnes Torres Hernández, fue asesinada y abandonada en una barranca del municipio de Atlixco en Puebla.

Familiares de la joven, quien se desempeñó como defensora de los derechos sexuales durante años, confirmaron su muerte.

Extraoficialmente trascendió que el sábado se encontró el cuerpo de una persona transexual en la barranca denominada Xaxocuapatle, al parecer 14 horas después del crimen.

El cadáver semidesnudo presentaba rasgos de tortura como distintas quemaduras y una herida en el cuello que, presumiblemente, fue la causa del deceso.





La Procuraduría General de Justicia (PGJ) omitió la información de este caso en el llamado "Parte de Novedades" que diariamente emite reportando los levantamientos de cadáver realizados en el estado de Puebla y al momento ha mostrado hermetismo al respecto.

Desde las 19:00 horas del domingo, amigos de Agnes reportaron su desaparición a través de las redes sociales Facebook y Twitter.

Varios usuarios coincidieron en que la última vez que vieron a la activista fue el viernes por la noche, pues asistiría a una fiesta en la comunidad de Chipilo, cercana a Atlixco.

No obstante, la madrugada de este lunes, la hermana de la víctima informó sobre el deceso.

Organizaciones no gubernamentales así como el colectivo LGBTTI en Puebla repudiaron el hecho, catalogándolo como un "evidente crimen de odio".

La asociación civil Vida Plena "No Dejarse es Incluirse" emitió un comunicado de prensa en el que exigió a las autoridades competentes que el caso no quede impune.

"Nos ofende la omisión y la insensibilidad que la Procuraduría General de Justicia de Puebla demostrada ante las decenas de ´homofobicios, transfobicidios y lesbofobicidios´ (...) Exigimos que este crimen sea resuelto de manera tal como si hubieran asesinado a la esposa , la madre o la hija de un gobernador o legislador", cita la misiva.

Agnes Torres era sicóloga por la Universidad Veracruzana, fue representante de diversas organizaciones como Humana Nación Trans.

En Puebla promovió una denuncia ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) contra un priísta, ex aspirante a la gubernatura, que utilizó un lenguaje peyorativo en alusión a los transexuales.

Abogó por el decreto de leyes que otorgaran certeza jurídica a las personas trans de modo que pudieran modificar sus documentos oficiales de acuerdo a su identidad sexual, a fin de obtener oportunidades laborales y sociales equitativas. 


¿Quién fue Agnes Torres y por qué todos hablan de ella?
Escrito por el 14 marzo 2012 

Agnes llegó a Puebla después de terminar su licenciatura en psicología en la Universidad Veracruzana. Siempre se interesó por la psicología de la salud y en particular, los asuntos relacionados a las personas con diversas identidades de género. Colaboró con la organización Humana Trans que busca el reconocimiento y respeto de las personas transgénero y transexuales a nivel nacional. Fue también colaboradora de organizaciones como la Red Democracia y Sexualidad (DEMYSEX) y Erósfera en Puebla. 

Varias veces participó en entrevistas a medios locales y nacionales para dar a conocer la realidad de cómo es en México ser una persona trans. Participó en varios eventos sobre diversidad sexual a nivel nacional donde siempre dejaba en claro que no era posible que en México las personas trans fueran consideradas personas de tercera categoría.

Sufrió varias veces de la discriminación institucional por ser una mujer transexual; aunque trató por diferentes vías solamente pudo cambiar su sexo en el acta de nacimiento aunque su nombre de hombre seguía apareciendo en ella. Nunca pudo obtener un pasaporte, su título de licenciatura tenía su nombre de nacimiento, era una indocumentada en su propio país. A pesar de contar con el apoyo de su familia proveniente de Tehuacán, Puebla y Veracruz, sus luchas personales fueron complicadas.

¿Y quién era Agnes fuera del activismo? Era una joven a quien le gustaba divertirse, apoyar a su mamá, salir de fiesta los fines de semana y hacer muchos, muchos amigos. Todos sabían que Agnes era una chica trans pero esto a pocos les importaba y nunca dudaron que ella fuera una mujer hecha y derecha. Gustaba de usar grandes escotes y tacones altos, irradiaba sensualidad y simpatía a donde quiera que fuera. Es difícil creer que esas grandes pestañas y esa linda sonrisa ya no se verán más por los lugares de moda de Cholula y Puebla capital.

La vida de nuestra amiga y compañera de lucha se ha ido pero su fuerza, su discurso y sus acciones quedarán por siempre en la memoria y en el trabajo de las personas que siguen trabajando por el reconocimiento y el respeto a las diversas orientaciones sexuales e identidades de género. Descanse en paz.



Silvia Susana Jiménez Galicia

Mexicana

Desde muy chica comencé a sospechar que yo no era un hombre como los demás. Me gustaba jugar con las niñas y anhelaba que me regalaran un horno mágico o una muñeca como las que tenía mi prima.

Todavía estaba en la escuela primaria cuando me empecé a poner la ropa de mi madre. A escondidas, claro, con mucho cuidado para que no se fueran a dar cuenta y con un enorme sentimiento de culpa.

Durante mucho tiempo pensé que estaba enferma y que estaba muy lejos de ser el hombre que los demás esperaban que fuera. Por alguna razón consideré que tener muchas novias me “curaría” de esa extraña enfermedad. No fue así. Después pensé que necesitaba un remedio más fuerte; y me casé. Pero tampoco se me quitó el gusto por lo femenino. Ya no era la ropa de mi madre la que me ponía a escondidas, ahora era la ropa de mi propia esposa.

Tuve hijas y pensé que comprándoles vestiditos y muñecas podría sublimar a la niña que anhelé ser y que nunca fui. Por un tiempo me sentí mejor, pero tampoco logré “curarme”.

Me asaltaban muchas dudas y un enorme sentimiento de culpa. Pero no había a quién preguntarle, la sola mención de que me “sentía” una mujer me provocaba una gran vergüenza. La llegada de la internet me abrió nuevos horizontes. Podía conversar con la gente sin tener que mirarla a los ojos. Entonces conocí a un grupo de personas travestis y transexuales que empezaron a aclararme todas mis dudas. No pasó mucho tiempo para que me animara a conocer personalmente a estos hermosos seres humanos.



Hubo una persona que me llamó mucho la atención. Una mujer transexual apenas cuatro o cinco años mayor que yo que vivía como mujer las 24 horas del día y que, como tal, daba clases en una prestigiada universidad. Mi vida cambió. Poco a poco empecé a despojarme de las culpas y entendí que no estaba enferma; entendí que yo no era un hombre a quien le gustaba vestirse y expresarse como una mujer, sino una mujer que nació con un cuerpo diferente al de la mayoría de las mujeres. Lo que conocemos como una mujer transexual.

A partir de ese momento empecé a vivir sin culpas mi identidad de género. Y tres o cuatro años más tarde comprendí que si quería ser feliz tenía que lograr lo que había alcanzado mi amiga, la profesora de la universidad.

Yo había estudiado la carrera de Comunicación y había trabajado en oficinas de comunicación social. No sería fácil empezar a vivir como una mujer de tiempo completo, pero tenía que intentarlo. Sabía que tenía que ser prudente y, sobre todo, contar con mucha paciencia. Necesitaba que en mi familia y en mi trabajo me aceptaran como mujer.

Con mi esposa me fue muy mal. Me dijo que me apoyaba pero que ya no podríamos seguir siendo pareja, pues a ella le gustaban los hombres y no estaba dispuesta a vivir con una mujer. Entendí que me costaría mucho trabajo, pero ya no podía seguir fingiendo ser lo que no era.

Con mi jefe tuve mejor suerte; me dijo que podía vestirme como me viniera en gana siempre y cuando cumpliera con el trabajo. A los pocos meses empecé a ir a trabajar en mi rol femenino. No lo hacía todos los días, pues aún vivía con mi esposa y mi hijo –era ya mi segundo matrimonio- pero sí lo hacía de repente, ante la mirada asombrada de mis compañeros de trabajo y el rechazo silencioso de algunos cuantos. La mayoría me brindó su apoyo.

Estaba decidida, entonces, a empezar a vivir de tiempo completo como mujer, aun y cuando sabía que eso significaba separarme de mi esposa y dejar de convivir a diario con mi hijo. Me dolía, pues a diferencia de mi primer divorcio, yo seguía amando a mi pareja.

En medio del proceso vino una situación que alteró mis planes, pues llegaron nuevos jefes a la institución en la que trabajaba y todo el equipo que había formado mi jefe directo fue despedido, él en primer término.

Decidí que era más importante buscar trabajo y que mi inicio como mujer de tiempo completo tendría que esperar. Pero no conseguía trabajo. Entonces platiqué con una amiga periodista –que me había conocido en mi condición femenina- y entre las dos se nos ocurrió poner una revista; ella consiguió la entrada de un socio capitalista y, no sin algunos obstáculos, finalmente pudimos publicar la revista.

Para ese entonces la relación con mi esposa estaba muy mal y consideramos que lo mejor era separarnos. Decidí que era un buen momento para empezar a planear mi vida de tiempo completo. No sería de un día para otro, pues quería hacerlo bien y, además, tendría que platicarlo con mis hijos (dos hijas del primer matrimonio que para ese momento tenían 26 y 23 años; y un hijo varón, de 18)



Les costó trabajo asimilar la noticia; sobre todo al varón. Pero finalmente me brindaron toda su aceptación y todo su apoyo. Y cada año mis hijas y yo vamos a las tiendas a comprarnos ropa para las Navidades; es una delicia.

Ya van a ser tres años que vivo de tiempo completo. Sigo trabajando en la revista que formamos, pero además estoy estudiando una maestría en Educación Sexual y, como tal, imparto talleres relacionados con el tema, ya sea de homofobia, de violencia de género o de prevención de abuso sexual infantil.

También soy activista en un grupo de mujeres feministas que me han aceptado de maravilla y me han brindado todo su apoyo. Por si fuera poco, hace unos meses volví a ver a mi ex esposa y la comunicación mejoró sustancialmente. No podemos volver a vivir como pareja, pues ni ella es lesbiana ni yo estoy dispuesta a vivir nuevamente como varón; pero somos muy buenas amigas.

Hoy, todos los días, durante la mañana mientras me maquillo o mientras escojo la ropa que voy a ponerme, me siento muy afortunada de poder cumplir con un anhelo que pensé que jamás llegaría: vivir como la mujer que soy y que tuve que reprimir durante tanto tiempo.